La pérdida de audición produce problemas psicológicos
El Instituto Nacional de Neurología confirma que los problemas de audición tienen severas secuelas y se traduce en un sinnúmero de problemas psicológicos en los pacientes.

La sordera produce que el paciente no pueda comprender lo que le explican, esto le ocasiona frustración, resentimiento y exclusión social. Por otra parte, la falta de comprensión de los conocimientos produce un rezago intelectual y social en estos pacientes.
Cuando los afectados son niños o personas de la tercera edad las secuelas producen cambios sustanciales en la personalidad e interacción del paciente con el resto de las personas; en algunas ocasiones pueden manifestarse en agresividad, ansiedad, fobia social, ataques de pánico y, en otras, se aíslan tanto que poco a poco degenera en depresión de moderada a grave.