Guía con las señales de que una persona tiene pérdida auditiva y aumenta su riesgo de sufrir demencia

Con motivo del Día Internacional de las Personas Sordas, que se celebra el 28 de septiembre, el equipo de audiólogos de Oticon recuerda cuáles son las señales para detectar la pérdida auditiva y que así se pueda frenar la aceleración del deterioro cognitivo y, por tanto, prevenir la aparición de demencia a mediana edad. • […]

José Luis Fernández, Publicado el 26 septiembre 2023

Guía con las señales de que una persona tiene pérdida auditiva y aumenta su riesgo de sufrir demencia

Con motivo del Día Internacional de las Personas Sordas, que se celebra el 28 de septiembre, el equipo de audiólogos de Oticon recuerda cuáles son las señales para detectar la pérdida auditiva y que así se pueda frenar la aceleración del deterioro cognitivo y, por tanto, prevenir la aparición de demencia a mediana edad.
• Si la persona se queja de que a su alrededor se murmura y pide que le repitan las cosas.
• Cuando busca situarse frente a la persona que habla para ayudarse de las claves visuales del habla y no oye o entiende cuando le hablan por detrás u otra habitación.
• Tener dificultades para hablar en entornos ruidosos como un restaurante y un coche.
• Estar más callado de lo normal en las conversaciones y situaciones sociales.
• Escuchar la radio, la televisión u otros dispositivos electrónicos a volúmenes excesivamente altos.
Perderse los diálogos en el teatro, el cine u otros lugares.
En caso de detectar este tipo de problemas será necesario animar a la persona a hacerse una prueba de audición y ser evaluado por un profesional de la audición para obtener un diagnóstico y poder iniciar un tratamiento.

Principal riesgo modificable de ese mal durante la senilidad

La pérdida auditiva no tratada es el principal factor de riesgo modificable que contribuye a la demencia en personas de mediana edad. Por ello, el equipo de audiólogos de Oticon, que se presenta en el mercado como “líder tecnológico en el desarrollo de audífonos”, recuerda la importancia de prestar atención a esas señales de pérdida auditiva -antes descritas- y tratar los problemas auditivos, en esta efemérides divulgativa.

La pérdida auditiva sin tratar puede incrementar el riesgo de demencia en un 9%*. “Es lo que llamamos un factor de riesgo modificable, puesto que podemos hacer algo para prevenirlo. Por tanto, la pérdida auditiva es el principal, ya que su tratamiento permite reducir el riesgo de demencia más que cualquier otro factor, como el dejar de fumar o hacer ejercicio físico. Por eso insistimos en que es tan importante cuidar nuestra audición para mantener sano nuestro cerebro”, afirma José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon.

Cuando no se trata de paliar sus efectos, la hipoacusia y, en especial, la presbiacusia por la edad puede provocar una serie de problemas que podrían derivar en demencia, como aislamiento social, dificultad para crear recuerdos y pensar por la necesidad de tener que compensar la falta de información que llega a través del sonido o la aceleración de la atrofia y reducción del cerebro. “La falta de estimulación cerebral a través de las interacciones sociales o la necesidad de hacer un esfuerzo a nivel cerebral para interpretar la información que nos rodea puede acelerar nuestro deterioro cognitivo y provocarnos así demencia”, señala Blanco. El cerebro realiza cuatro funciones fundamentales para ayudar a las personas a interpretar los sonidos: se orienta en la escena sonora en función de la posición de los sonidos, enfoca los sonidos de su interés, reconoce el significado y actúa.

Por todo esto, una buena audición, en palabras de Blanco, “ayuda a reducir el esfuerzo del cerebro a la hora de escuchar y, por tanto, la carga cognitiva que puede provocar el deterioro cerebral acelerado”. De ahí que sea imprescindible estar alerta de las señales de pérdida auditiva para iniciar un tratamiento lo antes posible. En este sentido, la tecnología que incorporan los audífonos de Oticon, basada en la Filosofía del BrainHearing, que ayuda a tratar la pérdida auditiva, facilitando al cerebro el código neural más completo posible para fomentar su salud. “De alguna manera lo que hacemos es ayudar al cerebro a tener sentido de sonido y percibir la escena sonora de la forma más natural y agradable posible sin que el cerebro se canse”, añade.

*Livingston et al, 2017